domingo, julio 17, 2011

Goteo

La noche se desquita contra las láminas del techo, en forma de lluvia de húmedos clavos que hielan, y se incrustan, en el ojo izquierdo, detrás del ojo izquierdo y en la frente, y ahí palpitan. Las ausencias me tocan, me bañan, lo mismo que la blanca luz del foco, intocable, me perturba aunque es imperturbable, una risa con dentadura perfecta y pervertida amabilidad (ahora duermes lejos, y tu respiración se pierde entre murmullos de motores, nubes llorosas, trenes irreales, orgasmos probables).

No hay certezas, todo lo bueno que creí que era ha desaparecido, mera ilusión. Todo tengo y todo me falta, quiero retener el sonido de cada gota porque se que reproduce palabras que forman el nombre (tu nombre) y mi cuerpo (tu casa). Ahora debo caminar de nuevo, colocar la primera piedra. Tras la lluvia una mínima gotera taladra un charco.