domingo, julio 17, 2011

Goteo

La noche se desquita contra las láminas del techo, en forma de lluvia de húmedos clavos que hielan, y se incrustan, en el ojo izquierdo, detrás del ojo izquierdo y en la frente, y ahí palpitan. Las ausencias me tocan, me bañan, lo mismo que la blanca luz del foco, intocable, me perturba aunque es imperturbable, una risa con dentadura perfecta y pervertida amabilidad (ahora duermes lejos, y tu respiración se pierde entre murmullos de motores, nubes llorosas, trenes irreales, orgasmos probables).

No hay certezas, todo lo bueno que creí que era ha desaparecido, mera ilusión. Todo tengo y todo me falta, quiero retener el sonido de cada gota porque se que reproduce palabras que forman el nombre (tu nombre) y mi cuerpo (tu casa). Ahora debo caminar de nuevo, colocar la primera piedra. Tras la lluvia una mínima gotera taladra un charco.

miércoles, mayo 18, 2011

Nublado

Varias versiones de la tarde (intentan ser poéticas) se conjuntan en la que que ahora escribo. Pero esta tarde mi pincel, mi inspiración, o no se cómo llamarle, es de un único tono gris. Me irritan de la misma forma los buenos recuerdos y los malos; todo pensamiento o idea es igual que una leve infección en la próstata. Intento por ejemplo describir el vuelo de una ave, pero a su paso va soltando humo y claxonazos. Luego ese humo golpea contra la cortina de la ventana y llega poco a poco a mi nariz que es afónica, ágrafa, miope, el olor de diecinueve meses atorado en el escape. Otro paisaje evocado describe a la tarde como un aparador vacío, donde se espera que coloquen sonrisas coloridas, el sonido del tambor, las voces que van como flechas; o al menos una de ellas, la indispensable, de hecho la única, las otras son recuerdos. Pero nada sucede, sólo el sonido del transcurrir del carrete de la cinta. Ante esto el aire se marchita, lo que aumenta el factor de grisaciedad. Es decir la tarde y su autor más anodinos. Pero a ella le sucede la noche. Ese libro abierto, abismo en el cabe incluso algún sentimiento que asemeja la felicidad; huele a rosas, a banqueta húmeda, a pasos rítmicos.